AGUA CON LIMÓN
Por la mañana, al levantarnos, podremos realizar una serie de rutinas que mejorarán nuestro rendimiento a lo largo del día y que, de paso, beneficiarán nuestra salud. De igual manera que nos acostumbramos a lavar los dientes después de comer (ya os hablaré en otro artículo de cómo hacerlo para obtener la máxima eficacia) podremos ir creando otra serie de rutinas como limpiar la lengua, meditar, ventilar la habitación, o, y de esto es lo que trata este artículo, tomar un vaso de agua, en ayuno, con zumo de medio limón.
Esta debe ser nuestra primera acción del día: nada más levantarnos tomaremos medio vaso de agua tibia, sin azúcar, a la cual le añadiremos el zumo de medio limón o lima. Esto deberemos hacerlo en ayuno con el estómago vacío.
Estamos acostumbrados a añadir limón al agua para mejorar su sabor y frescura. Además de conseguir una bebida mis agradable estamos proporcionándole a nuestro organismo vitaminas, minerales y algunos de los oligoelementos que necesitamos. Pero hay más razones para tomar ese medio vaso de agua con limón, en ayunas.
Normalmente nuestro organismo, que como sabéis está compuesto mayoritariamente de agua, está perdiendo líquidos a través de la evaporación por sudor, orina, heces, etc. y es necesario reponerla. Por esta razón tenemos sed y bebemos. Pero, ¿Y qué pasa por la noche?. Pues que mientras dormimos nuestros tejidos corporales se deshidratan y necesitan reponer este agua. Este primer vaso de agua de la mañana, en ayunas, viene a cumplir esa función de aportar el agua que necesitamos para eliminar toxinas y rejuvenecer las células.
En esta bebida de primera hora de la mañana tenemos dos componentes esenciales el agua y el limón.
El limón que en la boca parece tener un sabor muy ácido, con todo actúa como un fuerte alcalinizante. Sabemos que prácticamente toda la actividad metabólica que tiene lugar en nuestro cuerpo además de la contaminación, el estrés, la alimentación inadecuada, las bebidas gaseosas, son acidificantes y el limón va a neutralizar ese exceso de acidez.
Cuando hablamos de acidez en el organismo nos estamos refiriendo al contorno celular, no a la sangre, ya que ésta permanece siempre inalterable (en caso de alterarse su pH en poco menos de dos décimas, entraríamos en coma y posiblemente moriríamos). Quede pues bien claro que cuando hablamos de alcalinizar nos referimos al contorno celular.
Pues bien el limón tomado con agua, en ayunas, por la mañana, nos reporta además de las ventajas ya citadas otras muchas más:
Nuestro hígado produce más enzimas con agua con limón, que además lo estimula para liberar toxinas.
El agua templada ingerida por la mañana, en ayunas nos ayuda a regular nuestro movimiento intestinal natural, e como el limón contiene ácido cítrico, que posee propiedades anti inflamatorias, nos ayudará a prevenir infecciones del tracto respiratorio y la garganta.
Entre los electrolitos proporcionados por el limón se encuentra un alto porcentaje de potasio que nos ayudará con el buen funcionamiento del sistema nervioso.
El limón contiene también una buena cantidad de vitamina C que nos ayudará a mejorar nuestra piel y también a defendernos contra los resfriados.
Agua con limón ayuda a disolver los cálculos biliares, las piedras del riñón y del páncreas así como depósitos de calcio.
Los preocupados por perder peso deben tener presente que es más fácil perderlo rápidamente con una dieta alcalina. En este sentido el limón os ayuda porque os alcaliniza, además de contener una fibra denominada pectina que ayuda a suprimir los antojos.
Tampoco podemos dejar de lado la posibilidad de que el limón ayude a prevenir el cáncer pues varios estudios pusieron de manifiesto que el cáncer no se desarrolla en un ambiente alcalino.
Así que como acabamos de ver hay pequeños hábitos que nos proporcionan grandes logros. Simplemente medio vaso de agua tibia con limón, en ayunas, por la mañana, puede permitirnos gozar de una salud más fuerte.
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