Otra espiral - Fundación Galicia Verde

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OTRO CURSO, OTRA ESPIRAL
En este apartado vamos a ver la construcción de otra espiral, paso a paso, cómo prepararla para que resulte sencilla de mantener pero de gran productividad; a la vez complementará la espiral anterior.

En primer lugar, os diré que opté por la forma en espiral que se observa en la fotografía por dos razones: la primera, que ofrece mayor variedad de microclimas que una huerta configurada por bancales rectos, y esto es muy importante para una producción intensiva, orgánica y estable; y la segunda, porque me gusta la huerta-jardín, o jardín comestible, y no cabe la menor duda de que las formas redondeadas resultan más estéticas que las rectas que, por otro lado, tanto escasean en la Naturaleza. El trazado de la huerta en espiral es muy sencillo. Os voy a explicar cómo lo hice, pero primero tenéis que decidir el ancho que le queráis dar a los bancales; en nuestra huerta optamos por los 120 cm. tradicionales, que son una medida que permite acceder con comodidad desde ambas partes.

También debemos decidir el ancho del pasillo entre bancales; por lo general, llega con unos 40 cm., ya que permiten utilizar la carretilla, aunque ajustadamente; por otro lado, este ancho viene coincidiendo con el del rastrillo que utilizamos.

Una vez decididas las medidas anteriores, vamos a realizar un pequeño cálculo matemático. El ancho de cada banda (bancal + pasillo) será de 160 cm. (120 del bancal + 40 del pasillo). Pues bien, recordáis la fórmula para calcular la longitud de la circunferencia?; por si a alguien se le ha olvidado, os la voy a recordar:

Longitud = 2 x π x r.

La longitud resultante es 160 cm., ya que es lo que queremos desarrollar en cada círculo, y el número π tiene un valor de 3,14.

Con estos datos podremos conocer el radio. Será:

r (radio) = Longitud / 2 x 3,14,
es decir: r = 160/6,28 = 25,48 cm.

Ahora fijo el punto central de la huerta, y clavo una estaca.

Tomando la estaca como centro, trazamos sobre el suelo un círculo con el radio previamente calculado de 25,48 cm. Una vez dibujado el círculo, lo marcamos clavando sobre él una serie de estacas, cuantas más mejor ya que esto nos va a permitir una mayor precisión en el trazado.
Ahora dibujamos nuestra espiral. Atamos una cuerda en la estaca del centro y la enrollamos alrededor del círculo de estacas en el sentido de las agujas del reloj; cada vuelta que demos va a equivaler a un desarrollo de 160 cm., tal como calculamos anteriormente. En el extremo de la cuerda atamos un palo y procedemos a ir desenrollando la cuerda al mismo tiempo que, con la punta del palo, o con una bolsa perforada,  llena de cal o arena como hacemos en estas imágenes, vamos dibujando sobre el suelo, obteniendo una espiral perfecta con una separación entre líneas de 160 cm. exactamente (la longitud exacta del diámetro del círculo marcado con las estacas alrededor del eje central).
El  siguiente paso es ir siguiendo esta línea con un rastrillo de 40 cm., marcando sobre el suelo el ancho que va a ocupar el pasillo. De esta manera tan sencilla, vamos a tener dibujados sobre el terreno el pasillo y los 120 cm. del bancal.
En la imagen tenemos dos senderos: el estrecho será el camino (40 cm.) y el más ancho el bancal (120 cm). Confío en que no tengáis ninguna duda, pero, si no fuese así, podéis enviar un mail para que podamos aclarárosla.
BANCALES

Ahora ya podéis preparar los bancales sobre el dibujo. Al estar ya dibujada la espiral sobre el terreno, sólo me queda aflojar la tierra, y cómo ésta es una operación que ya no vamos a tener que repetir nunca más, debemos aprovechar para retirar piedras grandes que puedan estorbar (las piedras pequeñas son necesarias para estructurar el terreno y también como fuente de minerales). Una vez hecho, procedo a rebajar el camino, unos 12-15 cm. con la ayuda de una azada, y voy colocando la tierra extraída sobre el bancal.
La tierra del camino se va colocando sobre el bancal y va a ayudar a levantarlo sobre el nivel del suelo.
La razón de rebajar ligeramente el camino es evitar el encharcamiento del bancal. Como resultado, tendremos un bancal con una elevación de unos 15 cm. sobre el camino que lo circunda.

En los caminos colocamos paja, o restos de coníferas, como en nuestro caso (que tardan mucho en compostar) y ayudan a mantener la humedad y tener el camio seco en el invierno, y con menos hierbas competidoras. El siguiente paso, como podréis ver en la foto superior, es colocar el riego, en este caso por goteo. Una vez acabado el trabajo, esta primera vez conviene cubrir los bancales con estiércol (yo utilizo estiércol de oveja ecológico) y finalizar recubriendo todo con hojas variadas (castaño, roble, etc.); si no las tenemos, se puede hacer la cobertura con paja (cuidado, que puede llevar muchas semillas) o con hierba seca. En pocos días estará en condiciones óptimas para plantar. Después de este estercolado inicial, en adelante vamos  a fertilizar conforme a las necesidades de nuestras plantaciones.
ROTACIONES

Una vez que la espiral está terminada, fertilizada y con la cobertura de hojas, la vamos a dejar descansar algunos días para que se inicie la actividad de los organismos vivos del suelo y la tierra se vaya estructurando. Se dejáis una pequeña zona sin fertilizar y sin cobertura, después de unos pocos días podréis observar la maravillosa transformación que ocurre en la zona recubierta de hojas, lo que evidencia la labor de los microorganismos del suelo. El siguiente paso será redefinir sobre el bancal diferentes zonas que nos permitan ordenar las plantaciones y las rotaciones, que realizaremos cada cuatro años.
Los bancales se pueden separar por tramos de igual longitud mediante piedras, plantas, o estacas y ya podemos sembrar. En el caso de la imagen superior protegemos las plantas recién trasplantadas con helechos, para reducir el stress por el día que tuvimos de fuerte calor.

En el centro de la espiral de bancales situaremos una espiral de plantas aromáticas, estanque incluído, y seguidamente trazaremos sobre la espiral de cultivo tramos de igual longitud que serán los bancales de cultivo y sobre los que aplicaremos las rotaciones. Irán alternando y, como la espiral es cada vez más abierta, no coincidirán juntos bancales del mismo número.




En el dibujo se utiliza la siguiente clave.
Azul = bancal 1
Rojo = bancal 2
Verde = bancal 3
Amarillo = bancal 4
Observad que para que no quedaran dos bancales del mismo número enfrentados cambié el orden de los mismos; la secuencia de fuera a dentro es 1-2-3-4 1-2-3-4 1-3-2-4. Se puede jugar también con los tamaños.

Para marcar estas divisiones yo utilizo tajetes que, además de añadir una nota de color a los cultivos, ayudan a protegerlos, ya que a través de sus raíces segregan un fitocida muy potente para luchar contra eses gusanos grises que dan cuenta de nuestras lechugas y otros cultivos, a base de morderlas en el cuello, justo ahí donde empieza la raíz. Para facilitarnos las labores, podemos abrir un camino a través de los bancales que lleve directamente al centro de la espiral; de esta manera no tendremos que dar muchas vueltas cada vez que querramos acceder a una zona interior. La espiral blanca representa el camino.

Lo que planto el primer año en la zona azul, el segundo lo plantaré en la roja, el tercero en la verde y el cuarto en la amarilla. Después de esta rotación de cuatro años, vuelvo a empezar.
Esta espiral se puede ampliar cuanto sea necesario.
Si se hace muy grande se puede abrir un camino radial para facilitar el acceso.
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Aldea de Leboso
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