¿Por qué asociar? - Fundación Galicia Verde

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ALGUNAS RAZONES PARA PENSAR EN ASOCIACIONES



Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de plantar es la compatibilidad, o no, de los diferentes cultivos.

Si somos conscientes de que las plantas son seres vivos, y que para su subsistencia en nuestra huerta dependen de nosotros, es lógico pensar que debemos tener presentes sus necesidades y, entre ellas, su mayor o menor facilidad para convivir con plantas. Recordemos que las plantas no se mueven y que están allí donde nosotros las colocamos. En la naturaleza este problema existe ya que las plantas se desarrollan, o no, en función de las características climatológicas, edafológicas, plantas acompañantes, etc.

Son varios los factores que afectan a la compatibilidad de cultivos. Entre otros podemos citar los siguientes:

 
Espacio y ciclo
Plagas y enfermedades
Alelopatías
Nutrientes
       
 
Vamos a comentar brevemente en qué consisten estos factores para que los tengáis siempre presentes
 
Espacio y ciclo.

En la plantación de cada variedad siempre hay que tener presente el marco de plantación. El marco de plantación hace referencia al espacio que la planta adulta va a ocupar y que por tanto debemos respetar. Imaginaros qué ocurriría si plantáramos repollos a 10 cm. Es evidente que a partir de una edad temprana de desarrollo empezarían a estorbarse, dificultando su desarrollo posterior. Por tanto debemos tener presente el espacio que cada planta necesita para su desarrollo total.

El ciclo hace referencia al tiempo que la planta necesita para su desarrollo desde que situamos la semilla en el suelo hasta que la consumimos.

Teniendo presente la compatibilidad, o la incompatibilidad, por el espacio podemos optimizar la utilización del terreno intercalando plantas que tienen un ciclo largo, con otras que tienen un ciclo corto de tal forma que antes de que las de ciclo largo necesiten el espacio ya habremos recolectado las de ciclo corto.

Otra opción es interesante, si son compatibles, intercalar plantas que ocupa mucho espacio con otras que necesitan poco imaginar por ejemplo repollos que en su fase adulta medita mucho espacio con cebollas y prácticamente ocupan una línea. Con esta idea presente podemos optimizar el rendimiento de nuestra huerta.

Dentro de este apartado hemos de considerar también la competencia de las plantas por los nutrientes, la luz, el agua,… Pudiendo optimizarse esta necesidad de cultivos en función de las distintas asociaciones.
 
Plagas y enfermedades.

Hay plantas, como las flores y las plantas aromáticas, que pueden atraer o repeler determinados insectos. Si las intercalamos entre nuestros hortalizas podremos conseguir un doble efecto: atraer a los insectos beneficiosos y repeler los perjudiciales. Por ejemplo el romero o el tomillo sirven para alejar la mosca de la zanahoria o de la col o, en el caso de la caléndula, ésta atrae aquellos insectos que son perjudiciales para el pulgón. Como véis la naturaleza nos ofrece posibilidades de combatir los insectos perjudiciales sin necesidad de recurrir a la utilización de contaminantes productos químicos.
 
Alelopatías

La alelopatía es un fenómeno biológico consistente en que cada planta produce determinados compuestos que influyen en el crecimiento, supervivencia, o reproducción de otros organismos. La alelopatía puede ser positiva, favoreciendo estos procesos, o negativa, contrarestándolos. Estas sustancias alelopáticas son liberadas por la planta bien por la raíz, por exudación a través de las hojas, por descomposición de sus restos, etc.

El estudio de las acciones alelopáticas está casi comenzando y tiene un futuro prometedor de cara al control biológico de las enfermedades.

Un uso inteligente de la características alelopáticas permite, por sí solo, reducir la presencia de maleza y la utilización de productos químicos, y recordemos que uno de los objetivos más importantes de la agricultura ecológica es proporcionar los alimentos sanos, libres de cualquier sustancia química de síntesis.

En general debemos tener presente que plantas de la misma familia suelen ser incompatibles: por ejemplo las judías y los guisantes, o el melón y los calabacines.
  
Nutrientes

En todo momento hay que evitar la competencia por los nutrientes entre las diferentes especies vegetales. Siempre habrá alguna que salga perjudicada. Existe una clasificación de nuestras hortalizas en función del consumo. Por ejemplo hay plantas muy consumidoras, que necesitan muchos nutrientes, como puede ser las patatas o los tomates, mientras que hay otras que necesitan muy pocos nutrientes y que, incluso, enriquecen el terreno mediante la aportación de nitrógeno, como pueden ser los guisantes o las habas.

A la hora de planificar nuestras plantaciones no debemos olvidarnos de las necesidades nutricionales de las distintas hortalizas, para prever con anterioridad que estos nutrientes estén disponibles en el momento oportuno.
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